Imperio napoleónico

El Imperio napoleónico, también conocido como el Primer Imperio francés, hace referencia al extenso territorio de Europa que Napoleón Bonaparte consiguió unificar tras las victorias de Francia ante otros países rivales. Asimismo, comprendió algunas colonias de América y varios Estados satélite (es decir, que estaban bajo su influencia).

¿Cuándo comenzó y cuándo terminó el Imperio napoleónico?

Como tal, se inició en 1804, que fue cuando Napoleón se nombró emperador. Su conclusión se establece en 1814, año en el que Napoleón se vio obligado a abdicar tras ser derrotado por sus enemigos. No obstante, en 1815 el Imperio napoleónico resurgió durante apenas 100 días.

Todo lo anterior se integra dentro de los inicios de la Edad Contemporánea.

Causas del Imperio napoleónico

Una década después de la Revolución francesa, las cosas no marchaban bien para Francia:

  • Socialmente, el pueblo exigía que el Directorio pusiera en marcha las reformas necesarias para acabar con la pobreza y la miseria.
  • Económicamente, las crisis eran constantes y la burguesía veía cómo esto perjudicaba a sus negocios.
  • Políticamente, las monarquías europeas luchaban contra Francia para evitar que la fiebre revolucionaria se extendiera a más países europeos.

Entre todo este caos sobresalió Napoleón Bonaparte, un joven general al que muchos ya tildaban de héroe y de líder tras sus victorias militares en Italia y Egipto. Motivado por el apoyo que recibía, el 9 de noviembre de 1799 dio el conocido como el golpe de Estado del 18 de brumario (la fecha del calendario republicano francés). Con ello concluía el gobierno del Directorio y empezaba el del Consulado.

Etapas del Imperio napoleónico

El Consulado (1799-1804)

Una vez que se disolvió el Directorio, se estableció el Consulado por medio de la Constitución del año VIII (aprobada el 24 de diciembre de 1799). Este texto fortalecía el poder ejecutivo y recortaba la soberanía nacional.

El gobierno del Consulado estaba formado por Napoleón, que era el primer cónsul, y por otros dos cónsules ejecutivos (que en realidad sólo tenían voz consultiva). Se imitaba, pues, a los triunviratos de la antigua Roma.

La nueva constitución le sirvió para ponerse al frente del gobierno por un período de 10 años que era renovable y que le otorgaba grandes poderes. De hecho, iban más allá de la esfera ejecutiva y le daban la iniciativa en la proposición de leyes y en el nombramiento de ministros, miembros del Consejo de Estado, jueces y otros altos funcionarios. Asimismo, le concedía la dirección de la política exterior.

Durante esta etapa, Napoleón frenó el regreso del absolutismo y realizó una serie de importantes reformas. Por ejemplo, reorganizó la administración pública y redujo la inflación (propiciando una evidente mejora en la economía de Francia).

En 1801 también firmó un concordato con la Iglesia para de esta manera establecer la Paz Religiosa, rota desde el año 1790.

Encuentro de Napoleón con el papa Pío VII
Tras mejorar las relaciones con la Iglesia, Napoleón Bonaparte se reunió con el papa Pío VII el 25 de noviembre de 1804. Imagen de un cuadro de Jean-Louis de Marne.

Dado que Francia estaba mejorando y el pueblo se mostraba a favor de su gobierno, en 1802 se aprobó la Constitución del año X. A través de ella, Napoleón se nombró cónsul vitalicio y concentró todos los poderes en su persona. Es decir, el régimen republicano pasaba a ser uno casi monárquico, eliminándose además la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.

Además, se creó una eficaz policía y se reorganizó el territorio francés en 130 departamentos de similares proporciones, existiendo un prefecto y un subprefecto para de esta manera gobernarlos (este tipo de estructura se imitó luego en España, siendo el origen de los ya suprimidos gobernadores civiles).

Departamentos franceses en el Imperio napoleónico
Mapa de los departamentos franceses durante el Imperio napoleónico. Imagen de Wikipedia.

Poco a poco se fue consiguiendo la tan ansiada estabilidad económica, creándose el Banco de Francia para impulsar la industria y el comercio, además de fijar el franco como unidad monetaria y restablecer el liberalismo económico (se protegió así la iniciativa privada).

También se cuidaron las infraestructuras con el desarrollo de una red de carreteras, la construcción de puertos, la apertura de canales y la puesta en marcha de otras obras que facilitaron el acceso al trabajo de un gran número de obreros.

Por último, se consolidó la administración civil y judicial con la promulgación en 1804 de un código civil de gran relevancia. En él se incluían tanto ideales revolucionarios como principios provenientes del Derecho Romano (más adelante llegaría tanto un código de comercio como un código penal). Todos ellos tuvieron una gran influencia en las legislaciones de otros países europeos

El Imperio (1804-1814)

Mediante la Constitución del año XII, Napoleón se proclamó emperador el 28 de mayo de 1804 e instauró lo que se conoce como el Primer Imperio francés. Su esposa Josefina también sería coronada como emperatriz. Se dio paso a una suerte de monarquía absoluta y hereditaria pero respaldada por las ideas de la Revolución francesa.

Napoleón corona a su esposa Josefina como emperatriz
Napoleón Bonaparte se proclamó emperador en 1804, coronando a su esposa Josefina como emperatriz. Cuadro de Jacques-Louis David del año 1806.

El gobierno de Napoleón se volvió imperialista, dominando la política y la economía francesas y persiguiendo unificar Europa bajo un mismo mandato. Pero no sólo el poder político estaba en manos del emperador, sino también el judicial (los jueces también fueron nombrados por él mismo).

Con el propósito de que la mayoría del pueblo le aceptara, empezó a conceder títulos de nobleza a destacados militares y funcionarios, así como a su propia familia (a la que le fue otorgando el gobierno de diferentes Estados europeos).

De esta manera, sustituyó a la antigua nobleza hereditaria por una nueva, que se hacía con sus títulos por méritos propios, de guerra o por servicios al Estado. Gracias a esto, nombró príncipes, duques, marqueses y condes a sus generales y mariscales.

En lo social, la policía ejercía un control total de la nueva sociedad. La nueva nobleza acaparaba propiedades agrarias y bienes inmuebles que la separaban del pueblo llano.

Napoleón visita el Museo del Louvre
Napoleón visita el Museo del Louvre, que consideraba una herramienta perfecta de propaganda (allí se guardaban los botines y antigüedades obtenidos durante sus campañas). Detalle de un cuadro de Auguste Couder del año 1833.

Respecto al ejército, era fuerte y poderoso, existiendo un servicio militar obligatorio. La táctica militar que más se utilizaba era sencilla, consistiendo en un avance de la infantería en orden cerrado pero rápido, con gran movilidad operativa, una sólida motivación de las tropas por destruir al enemigo y capacidad para sobrevivir en territorio ocupado.

Esto, unido al carisma del propio Napoleón, hizo que el ejército francés fuera temido por todas las potencias rivales. No es de extrañar que, ante semejante seguridad, se iniciaran entonces las guerras napoleónicas, siendo su primer objetivo Inglaterra.

Con el apoyo de la flota española, pretendía invadir las islas británicas, si bien los ingleses vencieron a los franceses y a los españoles en la batalla de Trafalgar (1805) y finalmente se descartó esta opción.

Debido a esto, Napoleón tomó la decisión de atacar a los aliados ingleses. Así, venció a Austria y a Rusia en la batalla de Austerlitz (1805). Tras esta victoria, se creó la Confederación del Rin, formada por distintas regiones del antiguo Imperio Germánico.

En 1808, Napoleón decidió invadir España con la excusa de atacar Portugal (nación que estaba aliada con Inglaterra). Nombró rey del país a su hermano José Bonaparte, quien tuvo que lidiar con la guerra de la Independencia española (y es que el pueblo español no aceptó de buen grado a los invasores galos, que se comportaban como si fueran conquistadores).

Mapa del Imperio napoleónico
Mapa del Imperio napoleónico del año 1812. En verde oscuro se observa a Francia y a sus colonias, mientras que en verde claro se puede ver a los Estados ocupados y sus colonias. Imagen de Wikipedia.

A pesar de todos estos problemas, el Imperio napoleónico alcanzó su punto álgido en 1811. Ahora bien, las múltiples contiendas provocaron numerosas muertes de jóvenes y un descenso de la natalidad. El comercio galo se resintió por todo esto y por la crisis económica y las malas cosechas.

Caída del Imperio napoleónico

Es por ello que en 1812 decidió invadir Rusia, aunque eso supusiera movilizar a medio millón de soldados. Si bien la contienda empezó en verano, la llegada del duro invierno provocó más bajas de las previstas.

A esto habría que sumar el hecho de que los rusos emularon la táctica de guerrillas que se había utilizado en España y, sin enfrentarse al ejército francés en campo abierto, iban minando su retaguardia.

Como ejemplo de ello está la estrategia de tierra quemada de los rusos, que incendiaban todo aquello que dejaban atrás para evitar fortalecer al enemigo con provisiones (de hecho, Napoleón se encontró con Moscú ardiendo a su llegada a la ciudad y, por tanto, con la imposibilidad de alimentar y cobijar a sus tropas).

En 1813, Napoleón decidió retirarse de Rusia. Su ejército se había mermado y apenas sobrevivieron 50.000 combatientes.

Conocedores de su debilidad, Gran Bretaña, Rusia, España, Portugal y Austria, entre otros países, decidieron atacar a Francia y vencieron a Napoleón en la batalla de Leipzig (1813). Éste se vio obligado a abdicar y fue desterrado a la isla de Elba. La monarquía absolutista volvía a Francia de la mano de Luis XVIII.

El regreso de Napoleón

La fragilidad del nuevo gobierno, y los errores de los realistas, provocaron el descontento del pueblo francés, que ya echaba de menos a Napoleón. Apoyado por miles de seguidores, éste escapó de su encierro en el año 1815. Una vez que entró en París, se hizo de nuevo con el poder y abrió un período que se conoce como el Imperio de los Cien Días.

Napoleón buscó entonces invadir los Países Bajos, pero fue derrotado por sus tradicionales adversarios en la batalla de Waterloo (1815). Tras su rendición y abdicación, se le desterró a la isla de Santa Elena, donde murió en el año 1821.

Características del Imperio napoleónico

Si hubiera que hacer un resumen de lo que supuso el Imperio napoleónico, habría que mencionar los siguientes aspectos:

Ideas revolucionarias

Supuso un refuerzo para las ideas de la Revolución francesa, ya que se transmitieron a otras zonas de Europa.

Dictadura

A pesar de esto, Napoleón gobernó como un monarca absoluto o, si acaso, una dictadura plebiscitaria.

Código Civil

Se promulgó el Código Civil de 1804, también conocido como el Código Napoleónico. Napoleón estaba más orgulloso de él que de todas las victorias que había obtenido en el campo de batalla.

Otras legislaciones

Se promulgaron otras importantes legislaciones, como el Código Penal, el Código de Procedimiento Civil o el Código de Comercio.

Ejército y Armada

La Grande Armée, o Ejército Imperial Francés, llegó a superar los 600.000 hombres. Estaba formado por infantería, caballería, artillería, guardia imperial e ingenieros. Sin embargo, Napoleón no consiguió que la Armada Francesa destacara frente a la Marina Inglesa.

El ejército del Imperio napoleónico
Napoleón Bonaparte arenga a sus tropas en el puente del Lech en Augsburgo. Cuadro de Claude Gautherot del año 1808 que representa un suceso del 12 de octubre de 1805.

Obras públicas y monumentos

Se realizaron importantes obras y monumentos. En el primer caso habría que mencionar carreteras, puertos y puentes, mientras que en el segundo destacaría el Arco del Triunfo de París, el Palacio de la Bolsa de París o la Columna Vendôme.

Economía

En lo económico se potenciaron la industria nacional y los productos franceses.

Legión de Honor

La Legión de Honor, sin duda la distinción francesa más popular, fue creada durante esta época.

Consecuencias de la caída del Imperio napoleónico

A continuación se mencionan algunos de los efectos que produjo la caída del Imperio napoleónico:

Antiguo Régimen

Se produjo la Restauración y, con ello, el regreso al Antiguo Régimen (es decir, a la monarquía absoluta).

Gran Bretaña

Gran Bretaña se convirtió en la gran potencia europea.

Colonias españolas

Facilitó la independencia de las colonias españolas en América, que tampoco querían a José Bonaparte como rey.

Procesos de unificación

Permitió la unificación de países como Alemania o Italia.

Segundo Imperio francés

Intentando recuperar la gloria de su tío, Napoleón III Bonaparte instauró en 1852 el Segundo Imperio francés.

Referencias:

  • La Revolución francesa y el Imperio napoleónico. UNED. Florentina Vidal Galache y Concepción Ybarra Enríquez de la Orden.
  • El Imperio napoleónico y la Europa de los Congresos. UNED. Florentina Vidal Galache y Concepción Ybarra Enríquez de la Orden.
  • Atlas ilustrado de la historia del mundo en mapas. John Haywood, Brian Catchpole, Simon Hall, Edward Barrat.
  • Napoleón y el Imperio napoleónico (1799-1815). Del 18 de brumario a la batalla de Waterloo. La cuna de Halicarnaso.
  • Las revoluciones políticas, liberalismo y nacionalismo – Unidad 2 – 4º ESO. Lecciones de Historia. Rosa Liarte.
  • Primer Imperio francés. Wikipedia.

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