Tercer estado

En la época donde aún reinaba el feudalismo y la sociedad europea se encontraba dividida en distintas clases, unas más poderosas que otras, había un conjunto de la sociedad que carecía de más derechos y representación que el resto: el tercer estado.

Debido a su capacidad económica o a la actividad que desempeñaban, sus integrantes no contaban con los mismos privilegios que el resto. Eran, en definitiva, aquella parte más baja, llana o que simplemente no contaba con un papel dominante en la sociedad.

Definición de tercer estado

En base a lo anterior, podemos definir al tercer estado como a la población carente de privilegios, el grupo de los no privilegiados que carecían de derechos y estaban sujetos a la autoridad monárquica.

Este tipo de sistema estuvo presente desde la Edad Media hasta la Revolución francesa, cuando, como parte de las revoluciones burguesas, se alzó en distintas partes de Europa reivindicando sus derechos y un sistema más justo.

Estos ciudadanos, sin privilegios aunque pobres, tenían un papel importante en la sociedad, ya que muchos se dedicaban a la agricultura (campesinado) y garantizaban la subsistencia de las naciones; sin embargo, eran apartados por el primer y el segundo estado.

¿Por qué la sociedad se dividía en estamentos?

El hecho de dividir a la sociedad en esta organización social tiene su origen a partir de la caída del Imperio romano. Tras la destrucción de muchas ciudades, la población de Europa comenzó a ser ampliamente rural.

Ligado a la expansión del cristianismo, donde el clero comenzó a tener mucha más importancia, en la sociedad feudal imperó este sistema, primero como un método para mantener el orden en la época de inestabilidad tardoromana y después perduró como el sistema de vida medieval.

El triestamentalismo, como se le conoce, se expandió durante toda la Edad Media, siendo una sombra o intento terrenal de imitar lo divino en donde todos tuvieran un papel en su protección, salvación y mantenimiento. Debía haber hombres de oración, de guerra y trabajo que permitieran a los reyes mostrar y ejercer su poder.

Clérigo, caballero y campesina
Los representantes del triestamentalismo: clero, caballero (nobleza) y campesinado. Dibujo de un libro del siglo XIII.

El primer y segundo estado

Para comprender la parte más baja de la sociedad, hay que conocer quiénes estaban por encima de ellos, y en efecto los otros dos estamentos eran el clero y la nobleza.

El clero era el primero, tanto en rango como en honor, pues representaba a los ordenados en el servicio religioso. Ocupaba personalidades como arzobispos, obispos, cardenales, presbíteros, diáconos y sacerdotes. La Iglesia, en sus distintas órdenes y congregaciones, jugaba un papel importante en la sociedad feudal.

La nobleza agrupaba a las familias más importantes. Sus miembros podían formar parte de las cortes del rey y conseguir grandes cargos de poder en cuanto a cuestiones de gobierno. En muchos casos se dedicaban a la guerra y a la defensa militar, poseían tierras (señoríos) y castillos.

¿Quiénes conformaban el tercer estado?

Este estamento de la sociedad estaba compuesto por dos grupos fundamentales: el campesinado y la burguesía.

A pesar de que la mayoría de la población se dedicaba al campo, estaban sometidos a otros estatus, como la servidumbre o el régimen señorial. También estaban sujetos a fuertes exigencias, como el pago de impuestos, el diezmo y, en el caso de que aplicara, cumplir con el pago a los señoríos.

Considerando todo lo anterior, gran parte de la producción o cosecha iba a parar a terceros, sin poder disfrutar o lucrarse de los mismos sin importar si eran o no dueños de la tierra.

Hombre con una azada
Los campesinos formaban parte del tercer estado. En la imagen, el cuadro Hombre con una azada (1860-1862), de Jean-François Millet.

La burguesía en sí contaba con mayores libertades, pues al habitar en ciudades (burgos), donde ejercían sus actividades, disponían de una mayor capacidad económica y menos exigencias. Formaban parte de ella artesanos, comerciantes y mercaderes.

Diferencias entre miembros del tercer estado

A pesar de ser la parte mas baja de la sociedad, es evidente que, debido a su actividad, debe haber diferencias incluso dentro de esta propia clase, principalmente entre la capacidad económica y la riqueza de sus miembros.

Campesinado

  • Labradores ricos: tenían propiedades y arrendaban o controlaban gran producción de las tierras.
  • Jornaleros: simplemente trabajaban la tierra de alguien más, no eran dueños de nada.

Burguesía

En el caso de la burguesía es mucho más evidente, pues los más adinerados se dividían entre la alta burguesía y la baja burguesía. Incluso podían llegar a superar a la baja nobleza en riqueza; sin embargo, debido a su estatus no eran más que estos, y no gozaban de los mismos derechos.

El tercer estado en la Revolución francesa

En 1789 fue publicado el texto ¿Qué es el tercer estado? Esta obra del político francés Emmanuel-Joseph Sieyès resalta la importancia del tercer estado en la sociedad, pues no necesita ni de la nobleza ni del clero para existir. En el texto se exigía representación en los estados generales, doble número de representantes y voto por persona.

Fragmento del manuscrito "¿Qué es el tercer estado?"
Fragmento del manuscrito ¿Qué es el tercer estado?, de Emmanuel-Joseph Sieyè.

El tercer estado también demandaba que se eliminaran las prohibiciones que le impedían acceder al ejército y a los cargos públicos, pues solo los superiores tenían acceso a los mismos, una discriminación que les impedía ser la clase dominante.

La búsqueda de la libertad político-social les hizo ascender. Y es que, finalmente, las demandas serían  conocidas como la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. El tercer estado era el cuerpo vivo del Estado; la burguesía, apoyada en menor medida por el campesinado, difundieron nuevas ideas y revoluciones liberales que pusieron fin al poder absoluto de muchas monarquías.

Las revoluciones burguesas

Las revoluciones burguesas pusieron fin al llamado Antiguo Régimen, término que se extendió para referirse a la época absolutista previa, lo que propició grandes cambios jurídicos e institucionales. Estos se daban de forma gradual, a pesar de que se hablaba de modificaciones inmediatas.

También impulsaron la soberanía popular al implementar la elección de autoridades a través de forma democrática, aunque no muchas veces de manera directa o con sufragios limitados. Esto se hizo bajo la figura de regímenes parlamentarios, con la constitución como ley suprema y división de poderes, algunos en forma de república y otras de monarquía parlamentaria. El mundo había cambiado tras siglos de triestamentalismo y estas revoluciones darían paso a nuestros sistemas modernos.

Referencias:

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